Terremotos en Chile

11.04.2018 20:02

Poder destructivo

En Chile hay grandes fallas geológicas: Atacama, Liquiñe-Ofqui, Fagnano-Magallanes, y en la capital la de San Ramón, capaz de generar un sismo de magnitud 7. Hace tan solo nueve años, la falla Liquiñe-Ofqui sacudió a la Región de Aysén, dejando 10 muertos. 

Una de las complejidades de los terremotos intraplacas o por fallas, es que su origen (hipocentro) siempre es a baja profundidad, unos 10 kilómetros,  de ahí su poder destructivo. Así ocurrió en el puerto japonés de Kobe,  donde murieron 6.300 personas en 1995, explica González, quien además es experto del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales.

Desde la División Técnica de Estudios (Ditec) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), explican que la norma para sismos se detalla en la norma chilena NCh 433 y el Decreto Supremo Minvu N°61/201. “Estos establecen los requisitos de diseño sísmico de edificios, no distinguiendo la naturaleza del mecanismo de liberación de energía que producen las ondas sísmicas en la superficie terrestre”, explican.

Agregan que la calibración de estas normas se efectúa sobre la base de registros de aceleración, obtenidos de los sismos de mayor magnitud los cuales, en términos de frecuencia e intensidad, han sido mayormente del tipo interplaca: Valdivia (1960), Valparaíso (1985) y Maule (2010).

Rodolfo Saragoni, del Colegio de Ingenieros, explica que en el último proceso de actualización de la norma se intentó incorporar las fallas, “pero cuando uno calcula la probabilidad que ocurra un terremoto es muy baja”, explica. Esto a diferencia de los de subducción que en la zona central ocurren cada 83 años. “Estamos asustando a la gente con el riesgo y este riesgo es muy pequeño”,  advierte.

González plantea que “las visiones de los expertos no fueron concluyentes para su incorporación porque sabemos muy poco de estos eventos. Eso es precisamente lo peligroso, lo desconocido es lo que tiene más alto potencial de afectarnos”, señala. 

Falla en la capital

El geólogo y académico de la U. de Chile, Gabriel Vargas, considera que las fallas deben estar presentes en la normativa y que es un error no incluirlas. En 2011, junto a un equipo de geólogos, sismólogos, geofísicos, ingenieros civiles y arquitectos, participó en un estudio que encargó el Minvu a través de la Seremi de la RM para evaluar la falla capitalina, en el que se advierte que está activa, así como los potenciales efectos y las zonas de riesgo ante un terremoto. Los resultados obtenidos fueron publicados en la revista Geology  en 2014. Sin embargo, pese a ello, señala que no se han tomado medidas preventivas. Por ejemplo, dice que en dicha zona continúa la expansión urbana sin una normativa específica, en circunstancias que ya hay antecedentes suficientes para normar la infraestructura crítica: hospitales, bomberos y escuelas.

“Es un tema que venimos planteando hace años. En el informe entregado a la Seremi en 2012, señalamos la necesidad de que el Plan Regulador Metropolitano se haga cargo de la falla, que se norme la expansión urbanística en la zona, como también que la norma sísmica NCh433 considere la posibilidad de terremotos de este tipo, es decir, de fuente cortical o cercana y con ruptura en superficie”, dice Vargas.

El geólogo estima que el tema no ha sido tomado en cuenta en parte porque es relativamente nuevo, pero también porque afecta directamente la inversión en zonas en donde el suelo tiene una alta plusvalía.

La falta de acuerdo en torno a incorporarlos en la norma se debe, además, a la discrepancia entre los enfoques probabilístico y determinístico en la evaluación del riesgo asociado a este este tipo de procesos.

El enfoque probabilístico es el que se usa para el diseño y construcción según el cual, dada la relativamente baja probabilidad de ocurrencia de terremotos a lo largo de fallas activas, no son considerados en Chile, a diferencia de lo que ocurre en otro países. 

“En geología sabemos que si un fenómeno ocurrió en el pasado sucederá nuevamente, aún cuando su probabilidad sea baja (…) tenemos el caso de Kobe en que no había ninguna advertencia sismológica que esa falla fuese capaz de generar grandes terremotos”, advierte.